Armando Álvarez Acosta
Armando es un humanista. Estudió Ciencias Humanas en el Claustro de Sor Juana, Arquitectura, Filosofía y Leyes, en la UAM. Con 7 décadas de vida está enfocado en lograr uno a uno los muchos objetivos aun pendientes. Con “tan solo” 15 años dentro del teatro siente que aun le falta aprender y divertirse mucho, en el teatro y en la vida. Actualmente reside en Lomas de Cocoyoc.
P: Armando, ¿qué tiempo tiene haciendo teatro?
AA: En verdad es muy reciente, apenas más o menos 15 años. Realmente es reciente
porque no había hecho actuación, me había gustado el teatro, ver teatro, leer teatro, escribir
teatro y platicado con alguno que otro actor importante, en el teatro. Meterme como actor no, hasta hace apenas 15 años.
P: ¿Porqué teatro?
AA: La pregunta tiene una respuesta muy sencilla: cuando comenzamos a hacer teatro aquí en
Lomas de Cocoyoc, la maestra Yolanda Valdés coordinaba el taller con un grupo de colonos y me
gustaba asistir a las funciones. Pero un día supe que faltaba una persona para hacer un papel, y que lo tomo.
Comenzó mi metamorfosis de espectador a actor.
Me comenzó a gustar y a hacer todos los papeles necesarios, a formar amistades, tener gustos y disgustos,
todo lo que hace a una familia de teatro. Montamos muchas obras, hasta que ella se fue.
P: ¿Qué hicieron entonces?
AA: No quise perder el teatro, así que hablé con el Presidente de la Asociación
de Colonos, de ese entonces, para que continuara apoyando al Grupo de Teatro. Así es desde
entonces, la Asociación nos ha seguido apoyando. En el Grupo nos ayudamos mutuamente y así
es como seguimos adelante.
P: ¿Cómo aprendió la dirección de teatro?
AA: Cuando Yolanda dirigía yo no lo notaba. Veía que ella acomodaba los
papeles, platicada con otras personas y las obras salían, no parecía difícil.
Cuando comencé a dirigir al Grupo las obras no me salían, he tenido que aprender desde a
conocer el temperamento, habilidades, limitaciones y posibilidades de cada actor, y de los recursos escenográficos
a mano, para, conjuntando todo, repartir los papeles, dirigir a los actores y montar las obras.
P: ¿Tu papel de actor disminuyó?
AA: Aun soy actor; como director del Grupo recibo la ayuda de todos mis compañeros,
que también hacen todo lo posible por hacer un muy buen papel, así es como seguimos adelante.
P: Desde Aristófanes a Darío Fo hay un largo camino ¿cuál
ha sido su camino?
AA: Bueno, a mi me encanta la lectura y también el teatro, he leído muchas obras y
asistido a muchas representaciones de teatro, tanto obras dramáticas como comedias. Así fui
seleccionando a mis favoritos.
P: ¿Quiénes son sus autores favoritos?
AA: Uy, son muchos, entre ellos están, por supuesto Darío Fo, y actualmente
un autor mexicano, Salvador Novo. De él es una obra que, si bien no es difícil, para ponerla
nos faltan actores, se llama “La Guerra de las Gordas”.
Se ubica en tiempos prehispánicos. En ella una mujer, casada con el, digámosle rey, de Tenochtitlan,
tiene una hermana que está casada con el rey de Tlatelolco. Pero ella no es del gusto de su esposo, porque le
gustan las mujeres con al menos 3 cuartas de trasero, pero ella es flaca y, siendo mayor, ya no puede tener familia.
El caso es que Tenochtitlan emprende la guerra con los Tlatelolcas.
Estos se defienden con un numeroso contingente de mujeres con el pecho descubierto que enceguecen momentáneamente
a los aztecas con leche de sus pechos. Esta gesta es histórica y la comenta Fray Bernardino de Sahagún.
La obra no es complicada y es muy divertida.
P: Noto que en el repertorio del Grupo de Teatro abundan obras de humor, ¿porqué?
AA: Por que la gente viene al teatro a entretenerse, a divertirse, no a sufrir. Nuestra próxima
obra también es de humor, de un humor muy fino y de actualidad, ya que trata sobre la corrupción.
P: ¿Cuál es el papel que le gustaría representar y tiene pendiente?
AA: Un papel que me gustaría muchísimo representar es de una obra de Darío
Fo. Es un monólogo, de una mujer sola. La han representado muchos actores, entre ellos un muy buen
actor mexicano, que además es excelente actor cómico, Héctor Suárez. Hace 5 o 6
años se la vi y él, como hombre, lo representó con gran calidad y éxito. Ese es un reto
que me gustaría enfrentar y lograr, porque requiere de enorme concentración.
P: ¿La ha visto interpretada por una mujer?
AA: Sí como no, hace como 10 años la vi en Cuautla, en el teatro de un excelente
actor, el maestro Gil. El tenía un teatro, en el que cobrada lo mínimo, de 10 a 15 pesos, y a
veces, cooperación voluntaria, en donde la gente pues no pagaba nada y se metía a ver la obra. Lo que
a él le interesaba es que la gente viera teatro. “Una Mujer Sola” la representó
su esposa, con una excelente actuación que, a los que fuimos a verla, nos dejó fascinados.
En ese entonces no pensé en hacerla yo, sino hasta que la vi representada por Héctor
Suárez, y entonces pensé ¿y yo porqué no?
P: ¿Qué hace falta para entrar al Grupo de Teatro?
AA: Atreverse, atreverse a venir, presentarse, atreverse a probar, hacer y aprender. En el camino
se capacitarán como actores. Ganas no faltan, lo que faltan son actores, personas que se atrevan a venir.
Necesitamos muchos actores para fin de año, para poner la “Pastorela de Navidad” o, que
más quisiéramos, un “Don Juan Tenorio”; pero necesitamos 4 hombres y solo tenemos
2.
No pierdo la esperanza, lo hemos puesto en años pasados, adaptado a nuestros escasos recursos y reducido
grupo, pero nos gusta hacer teatro, nos desarrollamos, nos entretenemos y entretenemos a nuestro auditorio.
P: ¿Qué días ensayan o se reúnen?
AA: Venimos a ensayar los martes, de 17:00 a 19:00 en el Auditorio de nuestra Asociación.
Trabajamos divirtiéndonos para también divertir a nuestro público.
-Iniciamos la entrevista poco antes del ensayo y los miembros del Grupo de Teatro ya lo están esperando. Mi tiempo terminó, por lo que me despido.
¡Gracias maestro! Pasaremos la invitación.